El bombero que intervino calmó al perrito, acariciándolo y brindándole mucho amor hasta ganar su confianza. Después, utilizó tijeras expansoras y, de ese modo, logró doblar las rejas y liberar al perrito sin lastimarlo. El cachorro, libre, se fue a plena carrera.
El bombero que intervino calmó al perrito, acariciándolo y brindándole mucho amor hasta ganar su confianza. Después, utilizó tijeras expansoras y, de ese modo, logró doblar las rejas y liberar al perrito sin lastimarlo. El cachorro, libre, se fue a plena carrera.