Así se despide Concordia
"Hoy se fue la persona que me enseñó y me acercó a algo que nunca me va a abandonar, la música. Maestro en un aula y en la vida, siempre dispuesto a entregar lo mejor sin esperar nada a cambio, de corazón. Sé que donde sea que estés vas a estar con una guitarra en la mano y con una canción para compartir. Ya debes estar de gira con Pappo o charlando con BB King. Lamento no haberte podido dar un último abrazo o darte fuerza en estos últimos tiempos. Todos los que te conocieron hoy te están extrañando, buen viaje Pablito, te quiero", Martin Etcheverry.
"Tristeza infinita....... un padre para mi....un hermano...un amigo....un soñador que me enseño a tocar los primeros acordes...fuerza familia comas...me brotan las lagrimas...", Andres Puigvert.
"Cierta vez, hace una punta de años, lo visité en su casa para hacerle una entrevista escrita y recuerdo como si fuese ahora el viento entrando por las ventanas del living, moviendo unos colgantes de piedra y alambre que sonaban perfectamente armónicos con un disco de jazz que sonaba desde un viejo equipo de audio. Aquella visita había sido para una entrevista que publicaría poco tiempo después y a Pablo le había gustado que recoja algunos detalles como el del vientito y el de su equipo de audio, que no era como esos que fabrican en Hong Kong –llenos de luces y plásticos voluminosos que dan fachada, pero no mejoran el audio-. También le había gustado el título de la nota: "Cantor y guitarrero". Y me lo decía cada vez que nos encontrábamos. Lo abrazo en flashbacks. Me vendió discos buenísimos en Bonato & Bonato (él me recomendó a Spyro Gyra, Lito Epumer y a Quintino Cinalli), enfundado en jeans de cuero y doble coleta en el pelo –casi un samurai de Tarantino–.
También resuena en mi memoria aquella versión de 'Los ejes de mi carreta', entre bluseada y folclodélica, junto a los SAPO en el Auditorium (allá por los tempranos 2000) u otra linda entrevista que hicimos, esta vez para tele, en donde me habló con los ojos llenos de amor acerca de su proyecto docente y del trabajo que venía desarrollando en su querida Escuela Crear. Otro recuerdo hermoso viene cuando, casi un adolescente, me llamó para "pedirme permiso" para ver la prueba de sonido del Trío Ibarburu en el patio de Magma. Esa vez me dijo: "viste lo flaco que estoy? La vengo peleando?" Esa tarde de enero me enteré de su lucha y su entereza. Un titán. Hasta siempre, querido Pablo, cantor y guitarrero", Carlos Rodríguez.
