El disparador de la charla fueron las preguntas: ¿el hombre se aleja de la religión en la actualidad? ¿Cuál es la búsqueda del ser humano en lo espiritual en el siglo XXI? Esto fue primero analizado por el presbítero Frank, el cual recordó varios parajes de la biblia y afloró que el consumismo y la prisa con la que se maneja el mundo hace que la gente no tenga paciencia en rendirle tributo a Dios. Tras un análisis profundo, terminó concluyendo en que la sociedad actual está siendo bombardeada por muchas ideas pero que en realidad no conoce a Jesús.
A su paso siguió el discurso del pastor José Centurión, quien desde su experiencia pudo relatar que la gente tiende a acudir a la iglesia sólo cuando necesita algo de Dios y no hace costumbre su presencia. Además relató que en su templo se hace todo lo que esté al alcance para tratar a las personas cara a cara y no de manera impersonal, pero igualmente la gente "se aleja de la Iglesia" y busca metodismos en los que escoge lo mejor de cada religión.
Concluyó asegurando que "el hombre actual no está alejado de Dios sino de la religión", porque aquellos que no acuden al encuentro sí lo hacen de manera espiritual, en contacto con la naturaleza o en otras formas, y sin quererlo están buscando conectarse con un ser trascendente y superior.
El rabino Sebastián Vainstein cerró el debate asegurando que el hombre posmoderno "no está dispuesto a recibir un 'no' como respuesta". El consumismo y las nuevas modas "lo han acostumbrado a tener todo lo que quiere en un momento", pero Dios no siempre está obligado a decirnos que sí. Además, agregó que muchos de los que se alejan de las iglesias lo hacen no por la religión en sí sino por quienes la practican, sobre todo centrándose en los barrios más humildes.
Por último, concluyó en que las personas alejadas de la religión "siempre van a encontrar excusas" para no participar en alguna, y eso seguirá sucediendo "hasta que tengan un encuentro directo con Dios y que los convenza que su camino es el indicado". Hasta entonces, es deber de las iglesias y templos acercarle a la gente la palabra del Señor para que puedan tener contacto con él.
Al finalizar la puesta en común, el Grupo de canto de la Kehilá Agudat Israel (integrado por judíos, católicos y evangélicos) confirmaron desde la música la firme decisión de acabar con los prejuicios, los sectarismos y la discriminación, y de bregar por la unidad en el respeto a la identidad y la fe de cada persona.
