Siempre de acuerdo al relato de Lugrin, al animal "le faltaban las orejas, la mandíbula, la lengua y los genitales", con signos de que esas partes hubieran sido seccionadas con cuidado.
Si bien el productor no se aventuró a señalar que es lo que podría haber ocurrido a su vacuno, insistió con que "un animal puede morir por distintos motivos, porque lo pica una víbora o por una enfermedad, pero lo extraño son estas marcas", concluyó.