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Fuentes judiciales precisaron al Diario Río Uruguay cómo fue que se desarrollaron los hechos en la tragedia ocurrida en la alcaidía policial de Concordia. Juan Pablo Franchi aprovechó un pedido de ir al baño para hacer un rápido movimiento y tomar una de las pistolas de los policías que estaban en una oficina.

La alcaidía policial de Concordia tiene en su funcionamiento una serie de particularidades en la reclusión de personas que tienen causas con la Justicia, pero sin una condena firme.

Esto lleva a que, incluso, la relación entre presos y los uniformados no sea “tan tensa” como en una unidad penal común, según lo reconoció un policía de la mencionada dependencia.

Por ese motivo, no sorprende que en la noche de este sábado la mayoría de los detenidos -con la excepción de Franchi- hubieran aprovechado la zona de la cocina para preparar una cena en la parrilla del lugar, con un menú con el que, inclusive, convidaron a los sargentos Néstor Fernández y Fabián Cardozo.

Todo transcurrió con normalidad hasta que, cerca de la medianoche, los dos efectivos que estaban como responsables del lugar notificaron a los detenidos que debían dirigirse a sus respectivas celdas, lo cual fue cumplido sin inconvenientes.

El único que no participó de la cena fue Franchi, quien cuando el resto de los detenidos ingresó a sus celdas, pidió permiso para ir al baño.

De acuerdo al testimonio del resto de los presos, el joven de 27 años habría aprovechado esa circunstancia y, con un rápido movimiento, en vez de tomar hacia los sanitarios fue hasta la oficina de servicio donde se apoderó de una de las armas reglamentarias de los policías y disparó primeramente contra el sargento Fabián Cardozo.

Siempre de acuerdo a lo relatado por otros reclusos, al escuchar el estampido, el sargento Néstor Fernández corrió hasta el lugar y se encontró de frente con Franchi, a quien llegó a decirle: “¡¿Qué hacés?! ¡Pará! Pará!”, pero el delincuente le efectuó dos disparos que lo ultimaron de inmediato, ya que uno de ellos le habría dado en el medio del pecho.

Tras la temeraria acción, Franchi se aseguró que el resto de los presos no se moviera de su lugar y les advirtió: “No salgan porque los quemo”, para luego cerrar con candados todas las salidas y fugarse con un bolso llevándose pertenencias de valor de los uniformados.

Luego de ello y, a pesar de tener un disparo en la zona del abdomen, el suboficial Cardozo se arrastró hasta la zona de celdas para pedir auxilio, por lo que los reclusos comenzaron a gritar y a hacer ruidos contra los barrotes con los platos y otros elementos de cocina, pero por el sonido amplificado del corsódromo ubicado a pocas cuadras del lugar, los pedidos no eran escuchados siquiera por los efectivos de la Comisaría 4ta, que está separada por un alto muro de la alcaidía.

Mientras tanto, uno de los presos admitió que tenía un celular escondido y llamó a la policía, pero del otro lado del teléfono primeramente pensaron que se trataba de una mentira, hasta que el teléfono fue tomado por un preso que es ex integrante de una fuerza federal y contó la situación.

En pocos minutos el lugar se llenó de policías y ambulancias, Cardozo fue ráudamente llevado al hospital Masvernat mientras que Fernández lamentablemente ya estaba sin vida.

Hasta el mediodía de este domingo, el sargento Cardozo continuaba internado en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital Masvernat, con coma inducido y con un cuadro muy delicado por la bala que le interesó gran parte del aparato digestivo.
Fuente: Diario Río Uruguay

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