El fuego se había apoderado del lavadero y el baño, pero la rápida intervención de los bomberos permitió controlarlo para así evitar que no se extendiera al resto de la vivienda y a las casas linderas.
El hogar es propiedad de una joven de 18 años, la cual no se encontraba al momento del siniestro. En esto, y ante la falta de circuitos eléctricos en el origen del incendio, se basa la hipótesis de que haya sido un siniestro intencional, aunque se barajan otras causas.
Posteriormente, ya en horas de la madrugada, los bomberos tuvieron que intervenir en Zorraquín al 300, también en jurisdicción de Comisaría Primera. Allí los zapadores sofocaron el incendio de una habitación que se encuentra en el fondo de la vivienda.
El fuego fue advertido por el hijo del propietario, un joven de 22 años, quien se hallaba durmiendo en otra habitación pero se despertó al sentir el intenso humo y olor a quemado.
Los trabajadores pudieron controlar el siniestro, que ya había tomado gran parte de la habitación. En este caso, la causa del siniestro podría haber sido un cortocircuito.