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Gimena y María del Carmen, en La Plata (El Día).
Gimena y María del Carmen, en La Plata (El Día).
Gimena y María del Carmen, en La Plata (El Día).
Son las 5 de la tarde del jueves, en un bar de Plaza Italia. Una enfrente de la otra, como dos clientas más, comparten una mesa y meriendan juntas. De lejos se las ve tranquilas, aunque por dentro el dolor les siga dando vueltas y las carcoma.

Ellas son María del Carmen Guerrero y Gimena Juri (30), la mamá y la novia de Francisco Guerrero (28), el médico oriundo de Concordia que mataron en un intento de asalto en El Mondongo.

“Hasta que no se confirme si (los dos detenidos) son o no (los que mataron a Francisco), no voy a estar tranquila”, arrancó diciendo Gimena, con la voz baja y dos enormes ojos verdes.

María del Carmen se muestra segura del curso que lleva la investigación: “confiamos en la Justicia y puntualmente en la fiscal. Tenemos plena confianza en cómo se están manejando y por eso no vamos a contratar ningún abogado. También entendemos que (el esclarecimiento) no es una cosa de resolución inmediata”.

“Es una situación devastadora”

Discretas y sin perder la calma en ningún momento, las dos reconocen que aún siguen sintiéndose mal ante una pérdida semejante. “Me siento como todas las madres que pierden un hijo. Es una situación nueva y devastadora”, describió María del Carmen.
A 2 semanas del crimen de Francisco Guerrero
Gimena es más bien callada y hasta tímida. De hecho, a partir del pánico que le generó toda la secuencia del asesinato que ella tuvo la desgracia de presenciar, no quiere que se difunda ningún otro dato personal suyo. En el rato que dura la entrevista, se limitará a contar que su novio ya había pasado por otras situaciones de inseguridad, aunque ella no había estado ahí.

Y la pregunta sobre si Francisco ya se había resistido en esos robos fue inquietante para su mamá: “es perverso que cualquier persona que trabaja y trata de que no lo asalten termine muerto. Vamos a terminar pensando que, si se nos acerca un ladrón, hay que decirle ‘sí, tome lo mío, usted que no tiene nada’... Es terrible pensarlo así”.

Fueron 500 kilómetros (los mismos que Francisco recorría para ver a su familia) los que transitó María del Carmen. La mujer llegó a La Plata desde la entrerriana Concordia para hacer distintos trámites vinculados con el crimen de su hijo. Entre ellos, tuvo que encargarse de vaciar el departamento del muchacho, en 121 y 66.

Gratitud

Después se acercó hasta la marcha vecinal que se organizó en El Mondongo. Fue con Gimena, pero antes las dos se reunieron a tomar algo tranquilas, para compartir un poco de intimidad aunque más no sea en pleno centro platense. El desfile interminable de micros y peatones las vuelve todavía más anónimas.

“Le agradezco a toda la gente que estuvo con nosotros, en especial del hospital Gutiérrez, porque nos ayudaron en un montón de cuestiones”, resaltó la mamá del médico.

A dos semanas de la noche más oscura que le tocó atravesar, María del Carmen intenta, una vez más, ponerle palabras a lo que siente: “Es muy difícil de explicar. Uno siente el afecto de la gente, que es como una manta que envuelve. Pero por dentro sigo desgarrada”.
A 2 semanas del crimen de Francisco Guerrero
Fuente: El Día de La Plata.

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