Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Rafael Briceño es el abogado que representa a la familia de Sebastián Briozzi, el joven de 20 años que fue asesinado por un policía durante una persecución en el centro de Concordia. Aseguró que piensa que fue "un claro caso de gatillo fácil".

El único detenido, de momento, es el sargento Antonio Acosta, de 31 años. Para este lunes se espera que se realice la audiencia en la cual la querella solicitará la prisión preventiva, posiblemente por el término de 90 días.

Briceño, como abogado querellante (rol que asumirá formalmente en las próximas horas) estuvo el sábado durante varias horas en el edificio de Tribunales, presenciando testimoniales sobre el caso, y participó de una inspección y levantamiento de rastros en el auto en el que la víctima iba con su hermano cuando recibió el tiro letal en la nunca. Destacó que ninguno de los dos tenía antecedentes penales.

Arma, "plantada"

Con las primeras evidencias reunidas, el abogado sostiene que los hermanos no llevaban armas, como informó el abogado del imputado, y que se trató seguramente de un caso de "falta de profesionalidad o de instrucción" del policía. "A mi entender es un claro caso de gatillo fácil", afirmó.

Como no llevaban armas, el hombre sospecha que el revólver que fue secuestrado en el lugar y que sería peritado por Gendarmería fue "plantado" con el objetivo de minimizar la responsabilidad del funcionario que disparó.

Un dato importante que apuntó el abogado fue que no hubo sólo un disparo, sino que fueron tres, ya que esa cantidad de casquillos se levantaron en calle Quintana a metros de 25 de Mayo, a tres cuadras de la Peatonal, donde la persecución finalizó trágicamente.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Agrandar imagen
Las sospechas

"Tengo casi 40 años de ejercicio profesional y esto de plantar armas es habitual. No es normal que dos jóvenes de trabajo, sin antecedentes, que vayan al boliche, estuvieran armados. Además, el policía que estaba en el mismo rodado no vio ninguna amenaza de arma, ni siquiera vio el arma, ni siquiera la vio dentro del vehículo", sostuvo el querellante.

Comentó, además, que hubiese sido difícil ver la supuesta arma porque la camioneta tiene los vidrios polarizados, que estaban levantados, y si a eso se le suma que iban en movimiento y que "la luz del día hace de espejo", se aleja la posibilidad de que Acosta hubiera advertido algún empleo de arma de fuego. "En estas situaciones no falta el comedido", ironizó sobre la supuesta actitud de alguien que por colaborar con el imputado habría puesto en el lugar un revólver.

"Dicho por el propio compañero: no estuvo en riesgo la vida ni la integridad física del funcionario, no estaban siendo perseguidos, no escuchó ningún tipo de disparo, ni antes ni después. Tampoco se avizora que sea un mal manejo del arma, como algunos dicen, que trastabilló y se le escapó el tiro. Se secuestraron tres cápsulas de 9 milímetros", continuó.

"Dicen que en Sarmiento y Quintana habían colocado un móvil y la camioneta lo esquivó y siguió viaje por Quintana. Cuando hizo esta maniobra se produjeron los disparos. A mi criterio, por el orificio en la ventanilla trasera izquierda, fue de atrás hacia adelante, no los tenían de frente", consideró el abogado.

El hermano de Sebastián aún no prestó declaración. En el momento de la muerte del joven, se encontraba alcoholizado y, lógicamente, muy conmocionado por lo sucedido. El fiscal decidió esperar un tiempo para obtener su testimonial.

La versión policial es que los hermanos habrían amenazado a un joven no identificado a la salida de un boliche en la costanera. Briceño reconoció que no acataron las órdenes de detención y lo atribuyó a que tenían miedo de que le quitaran el vehículo por los problemas que podían tener en su casa, con sus padres.
Fuente: Diario Uno

Enviá tu comentario