A modo de balance señalaron que el pasado 16 de enero los delincuentes que ingresaron a la casa parroquial se llevaron: dos parlantes; un equipo de micrófono nuevo, tres CPU; dos monitores nuevos; dos mouse; dos teclados; más de 150 rosarios en bolsas y cruces traídas del Vaticano; 4 metros de tela para una túnica, todo eso más ropas de los padres Alberto Dagoreet y Carlos Tazzioli.
También se robaron dos netebooks importadas; una cámara de fotos digital; un violín; un ventilador; un microondas; una tostadora; una minipimer; cinco relojes pulsera; tres perfumes; dos mp3; dos celulares italianos que acá no sirven para nada, relatan enumerando el botín.
En la casa rompieron cinco puertas, revolvieron libros y dejaron tirados otro más, además dejaron dos cajas tiradas listas para llevárselas y rompieron el portón de acceso, nos destruyeron, dijo la encargada.
Por si fuera poco los sacerdotes tenían dinero de un bono interparroquial cuya suma ascendería a los 18 mil pesos, esta es una deuda que debemos pagar; también robaron dólares de uno de los padres que había cobrado en Italia, después de dar una conferencia, contaron.
Consultadas sobre la investigación del caso y la colaboración de los vecinos, señalaron que no escuchan y nadie hace nada, son sordos, ciegos y mudos. Los ladrones vienen al comedor con sus hijos, a las clases de apoyo. Nuestra comunidad está herida, solo encontraron cuatro cosas en el barrio El Arenal.