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Misiones. Un padre de familia recibe una oferta de trabajo tentadora para formar parte de la zafra del arándano, fruta que repuntó la economía en la zona concordiense y que reemplazó a una velocidad abismal a la naranja. Tras plantearse la idea, finalmente acepta y se lleva con él a su mujer y a sus tres hijos para buscar cambiar la dura realidad que en su provincia no puede modificar.

Llegado a Entre Ríos, el trabajo funcionaba tal lo esperado: al norteño le otorgaron un lugar para alquilar en Concordia y un sueldo acorde a lo prometido, pero al mes lo despidieron y dejaron abandonado, sin casa, sin terreno, sin trabajo.

Así deambuló junto a su familia en la nada misma, consiguiendo vivir en un tinglado en el que sufrían las inclemencias del frío y del calor, las lluvias y demás problemas climáticos.

Ni en su momento de mayor optimismo el padre de familia se habría imaginado que alguien le iba a regalar un terreno, que otra persona le iba a donar un colchón, que otra una casilla, y otro le iba a prestar su patio para instalarla y su moto para que su hijo haga motomandados... Pero eso fue lo que sucedió.

Soledad publicó en el grupo de Facebook "Todo lo poco que tengo se lo comparto a los pobres" que tenía un terreno para donar. "Si saben de alguien que en realidad necesite un terreno para plantar una casilla tengo uno para regalar. Me escriben" fue lo que decía la publicación. Inmediatamente, Sandra se puso en contacto con ella y le informó la situación de la familia misionera. Tras un par de gestiones, el terreno ya era de ellos.

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Esta fue sólo una de las tantas intervenciones que Sandra hace en pos de la solidaridad y ayudar a quienes más lo necesitan, mediante el grupo de Facebook que ella misma inauguró y que hoy supera los 7 mil miembros.

Las reglas del grupo, según contó en vivo en el programa "La quinta pata" (de lunes a viernes de 9 a 12, por Oíd Mortales Radio 88.9), son simples y solidarias: "a todo lo poco o mucho que vos tengas y que te sobre nosotros le damos un destino, porque hay mucha necesidad en Concordia".

"Nosotros hace 4 años estamos con esta movida solidaria, yo soy como la líder, una forma de decir, porque soy la que manejo las publicaciones para que el grupo no sea un lío", comentó. "Yo me encargo de publicar desde la ropa que donen hasta lo mínimo, aunque sea un dato. Después, una vez realizado el nexo, se muestra a la gente que donó las cosas y después se cuenta a dónde va lo regalado".

A pesar de pedir siempre lo mínimo que sobre, Sandra aseguró que "no es la primera vez que recibimos un terreno, además hemos recibido casillas, hemos hecho muchísimas obras".

Fue más precisa al explicar el procedimiento al agregar que "cuando la gente tiene algo para donar se le pide la dirección, se le avisa quien va a buscar las cosas y cómo es y se retira la donación. Cuando lo otorgado llega al galpón se le saca la foto, la cual se publica dándole las gracias a quien lo regaló y hacia dónde o quién va. Cuando son cosas grandes, como colchones o camas, se saca la foto cuando se la entregamos al beneficiario y se etiqueta a la persona. Si la persona no quiere ser nombrada se la respeta, pero al menos se cita sólo su nombre a modo de agradecimiento obligado".

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El origen de la movida, hace cuatro años, quizás sea el ejemplo perfecto de cómo un pequeño movimiento de nieve puede formar una avalancha: "Yo vivo en Cambá Paso y allá no tenemos salitas, no tenemos ambulancias, no tenemos plaza, no tenemos nada. Además estamos cerca de El Silencio, el cual es un barrio muy abandonado".

Viendo su periferia y las necesidades que había, "comencé pidiendo casa por casa monedas para poder comprar juguetes, una vez conseguida la plata viajé a dedo a Brasil y de ahí traje más de 300 juguetes para hacer un pequeño festival en Camba Paso".

Desde ahí, todo tomó más empuje para Sandra: "ahí yo comencé a motivarme, y ahí empezamos a sumar gente: primero fuimos cinco coordinadores, después siete, ahora somos 24 que estamos distribuidos en diferentes puntos de Concordia. Por ejemplo, tenemos uno en calle Güemes, otro en la Costanera, otro en Benito Legerén, también en La Bianca...".

Hoy "tenemos muchísimas jóvenes solidarias, por ejemplo ahora estamos consiguiendo lo necesario para un nenito que tiene todo el pie infectado, también para una nenita que le tienen que hacer una cirugía porque no puede hacer pis, y así hay millones de pedidos. Hay muchas chicas embarazadas de violaciones, chicas a las que ayudamos con pañales para que puedan salir adelante", contó.

Una cadena de solidaridad


Y luego, Sandra no pudo evitar recordar el caso de la familia misionera: "es una pareja de con tres chicos que vinieron engañados hace unos meses, y que estaban viviendo en un tinglado afuera pasando frío y calor con las pobres criaturas. Nosotros nos enteramos del caso y pudimos conseguir colchones, y luego un vecino le dio un lugarcito atrás de su casa".

El aporte siguió creciendo: "después una señora le donó una casilla, la cual todavía la tienen pero no tienen terreno y ahora Soledad nos dio el suyo, ya se lo comenté al chico y está muy contento".

Además destacó la dignidad y las ganas de trabajar: "ahora un hijo de la pareja se dedica a hacer motomandados, porque el vecino que les dejó un lugar en el patio también le presta la moto y cuando sale algún mandadito el sale con la moto. La verdad que ese vecino tiene un corazón de oro, no hay muchas personas así, pero se que todo se puede. Cuando uno tiene el corazón dispuesto todo se puede".

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En el día a día, tienen prioridades: "siempre estuvimos pendientes de cuando se prenden fuego las casas, porque tratamos de, en lo posible, conseguir las cosas que se han perdido. Otra cosa que hacemos siempre es ir disfrazados al hospital en Navidad y en Reyes y recolectar juguetes para el día del niño".

Además, la rama también se extiende hacia la alimentación: "tenemos un merendero en el barrio Fátima 1, en el cual se cocina a pulmón con las cosas donadas para al menos 80 chicos. También vamos al asilo de ancianos con cosas dulces y con regalitos para el día de la madre y el día del abuelo. Esos abuelitos están abandonados y necesitan mucho amor, y nosotros dedicamos un día entero para ellos".

Aclaró que "no es fácil, porque por ahí tenes que ser fuerte porque son muchas cosas que hemos vivido, pero esta es la Concordia en la que se vive y nosotros hacemos todo a pulmón, las coordinadoras somos todas humildes, trabajamos, somos madres, y el tiempito que tenemos lo usamos para poder ayudar al prójimo".

Por eso, cerró diciendo que "animo a toda la gente a que se anime, que me agreguen o se sumen a la página y que donen lo que tengan, por ahí hay uno que dice 'esta ropa no me sirve' pero te puedo asegurar que, si a vos no te sirve, para una persona que no tiene nada, ni siquiera un calzado que ponerse, va a ser una bendición".
Fuente: El Entre Ríos

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