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La revista Revuelo en el Altillo nació en la Sala 8, en el primer piso del hospital "Felipe Heras", la sala de internación del servicio de salud mental, en la que se alojan y reciben tratamiento psicológico, psiquiátrico y cuidados de enfermería personas que atraviesan crisis psicológicas agudas.

La producción sale una vez por mes, con un valor de 15 pesos, como suplemento de la revista "Panza Verde". Puede encontrarse en los kioscos de la ciudad o pedir, mediante el facebook "Taller revuelo en el altillo", una suscripción que será enviada a domicilio. Si no, comunicarse al celular del psicólogo Sergio Brodsky (154038837).

"Todo lo que escribimos con los pacientes aparece ahí, en la revista. Y a algunos de los chicos que conforman el taller les sirve como ingreso económico. La mitad del valor queda para quien venda ejemplares, lo vemos como una posibilidad, además de poder difundir, son unos pesitos para ellos" Contó el profesional a "Despertá con Nosotros" de Oíd Mortales Radio.

Expresó que se reúnen en el hospital "Felipe Heras", los martes desde las 9:30, donde trabajan en un taller de comunicación abierto. Dejando la invitación a quienes quieran sumarse a esta experiencia, ya sea tomando mates, leyendo un texto o solo compartiendo el espacio.

Y siguiendo con la suma de actividades, los jueves de 15 a 18, se realiza en el sistema integrado de radios de la Universidad Nacional de Entre Ríos por la 97,3 un programa de radio, llamado "Revuelo en el altillo". Es llevado a cabo por el mismo grupo que conforma la revista.

¿Comunicación, clave en la salud mental?


"La comunicación es una necesidad humana básica. Permite una recuperación del vínculo, del dialogo, de la palabra, de las relaciones interpersonales. En salud mental muchas veces eso está mutilado. El paciente después de una crisis se encuentra en una situación de soledad, de desconexión, de falta de socialización y este grupo, "Revuelo en el Altillo" intenta recuperar eso. Los medios de comunicación nos dan un alcance hacia lo social, esto constituye un instrumento terapéutico muy valioso y permite recuperar el vínculo con el afuera, con el otro" expresó a la emisora de El Entre Ríos.

Siendo el octavo año del revuelo en el altillo, el entrevistado confió cómo observa que los pacientes participan con mucho entusiasmo en sus proyectos y que, personas con internaciones muy frecuentes en la gran mayoría de los casos, disminuyeron la periodicidad de sus internaciones y, como en otros, satisfactoriamente ya no se producen intervenciones. Destacó que queda plasmado en estos resultados la importancia de la contención que logra el espacio, además de las evoluciones individuales.

"Otro aspecto de la revista y la radio como dispositivo, es la posibilidad de llegar a la comunidad, para cuestionar y reflexionar sobro determinados mitos, sobre todo en la salud mental, que están arraigados: "son irrecuperables, peligrosos, inútiles e incapaces". Lejos de ser una verdad absoluta y de la realidad que viven muchos pacientes. La discriminación por haber pasado por un lugar de salud mental existe, y es un problema para ellos" afirmó el autor del libro "De amor y de muerte".

Prejuicios y miedos infundados


"Desde que nacen los manicomios en el XIX, el principio de tratamiento de la salud mental era el encierro y el aislamiento. De hecho los métodos psiquiátricos tradicionales que nacen a fines del siglo XVIII tienen un fundamento más represivo, que terapéutico. Recién en la post guerra, década del 60, empiezan a cuestionarse qué son los manicomios y ahí comienzan a aparecer experiencias interesantes, como el servicio de salud mental dentro de un hospital general, donde existe la posibilidad de, primero estar incluidos como una enfermedad más y luego el hecho de que las internaciones sean por períodos breves" manifestó Sergio.

El paciente se interna no más de 15 a 20 días hasta que logra una estabilidad y vuelve a su medio familiar y social, evitando que el manicomio lo absorba. De lo contrario se estaría produciendo lo que se denomina institucionalización, es decir, cuando el paciente queda 15 0 20 años en tratamiento y pierde todo capacidad de sociabilización.

"Yo creo que tenemos que curarnos todos, en este mundo tan lleno de violencia hablar de una separación de la cordura y la locura es algo ilusorio" finalizó.
Fuente: Oíd Mortales Radio - El Entre Ríos

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