Hassan Fathy logró integrar las condiciones climáticas con aspectos de salud pública, los oficios de la población y la recuperación de antiguas y experimentadas técnicas arquitectónicas. Basándose en el estudio del comportamiento termal de los edificios, incorporó ladrillos más densos y diseños tradicionales para producir corrientes naturales de circulación de aire para mejorar la temperatura en el interior de las casas.
La apuesta de una escuela concordiense
Al igual que Hassan Fathy, hoy un grupo de personas de Concordia apuestan a estas técnicas ancestrales que pueden causar la extrañeza de aquellos acostumbrados a la arquitectura moderna.
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A prueba y error, han realizado jornadas en las que aprenden, junto a una arquitecta uruguaya, a hacer los ladrillos que luego levantarán los muros para ampliar sus instalaciones y así contar con mejores espacios para recibir a sus alumnos.
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Se trata de una apuesta a otro tipo de construcción, más artesanal, en la que en un futuro no necesitarán contar con calefacción o aire acondicionado para realizar sus actividades allí.