Hace dos meses, la situación tomó notoriedad central cuando el nosocomio fue allanado por la AFIP. Tras ello la directora del hospital, Blanca Chiapas, defendió al trabajador intervenido para luego asegurar que fue amenazada de muerte.
Con su acusación en el aire, los empleados del lugar también dieron su punto de vista y aseguraron que sufren "violencia laboral constante" por parte de una de las interventoras, a lo que agregaban el pedido de restauraciones y una intervención urgente del estado. Pasó el tiempo y, según los afectados, las respuestas siguen estando ausentes. Por ello elaboraron una carta en la que aseguran que "estamos viviendo días en los que transitamos estados de impotencia, deseperación, indignación, miedo y bronca, pero también tenemos ganas y la fuerte convicción de que se puede revertir la situación de nuestro querido Hospital".
La carta continúa asegurando que "sentimos impotencia, la impotencia que genera no tener voz, sentir que estamos solos con nuestros compañeros, que la mayoría acompañan nuestros reclamos pero que tienen miedo. Miedo porque son perseguidos, amedrentados e insultados por las propias autoridades y, en algunos casos, sus laderos. La impotencia que genera estar hace más de 40 días pidiendo respuestas, al menos un llamado, un gesto, una manifestación de interés por lo que pasa en nuestro hospital". "Sentimos desesperación, la desesperación de ver como se nos cae el hospital encima", amplía. "De ver que no les podemos dar a nuestros pacientes el servicio que se merecen, de ver que pasa el tiempo y la situación empeora, que no hay un indicio que nos de esperanzas. La indignación que provoca la negación sistemática, la tranferencia de responsabilidades, el agravio permanente y otra vez la falta de acción producto de una patología crónica de los directivos que llevan a evadir la realidad y vivir una realidad paralela en la que es más importante hacer una churrasquera que resolver el problema del agua".
Agregan que "da miedo que te digan que no vas a cobrar un presentismo, o que te van a cortar un contrato, que te van a echar o que te van a matar, que te dejes de joder porque te van a matar, de verdad da miedo y también da bronca, bronca que no canalizamos en violencia, a esa bronca la hacemos fuerza, unión, fortalece nuestro compromiso y nos alienta a seguir adelante". Cerraron asegurando que "ya no sabemos a quien acudir. De la Rosa no aparece, Imaz no aparece y Bordet, ¿Sabe? ¿Es consciente de esta situación? ¿Alguien puede hacerse eco de nuestro reclamo? Este Hospital debería ofrecer salud a la población de Concordia, ¿podrá escucharnos e interceder nuestro Intendente? Estimado Enrique Cresto, nos queda su puerta por golpear, lo sentimos cerca, accesible y sensible, no nos falle, sabemos de su compromiso con la salud, los pacientes y los trabajadores".
