El Centro Comunitario y Capilla San Andrés, donde diariamente concurren cientos de chicos a recibir apoyo escolar y tomar un desayuno o merienda, debe lidiar desde el jueves 14 de agosto con una verdadera cloaca a cielo abierto, que inutilizó el único espacio verde con el que cuentan para que Gabriel, un profesor de educación física, organice juegos y actividades deportivas para los chicos.
En el mismo Centro comenzó el sábado un Taller de Panadería, que también se vio impactado por el olor nauseabundo, mientras la cocina y sus alumnas amasaban sus primeros panes.
A no menos de 50 metros, por calle Castelli, dos familias vieron desaparecer su patio, bajo un líquido espeso, oscuro y maloliente.
Las autoridades del Centro Comunitario solicitaron la intervención del Municipio. Una cuadrilla concurrió al lugar pero se alejó sin haber logrado solucionar el problema. Este miércoles, aguardaban que de un momento a otro personal de Obras Sanitarias se haga presente para estudiar las causas del fenómeno, que compromete gravemente la salud de los habitantes de la zona.
